Características Lagos y Lagunas  








 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 






Los lagos y lagunas son depresiones en la superficie terrestre que contienen aguas estancadas, drenadas en muchos casos por ríos. Su profundidad puede ir desde 1 a 2000 m y su tamaño puede oscilar desde menos de una hectárea en las pequeñas lagunas hasta los miles de km2 de los grandes lagos que se pueden asemejar incluso a los ecosistemas marinos.  





 

 

 

 

 

 






 

 

 

 

 

 




Los lagos pueden tener diversos orígenes: 

    • Por efecto de la erosión y deposición glacial se excavan cubetas que luego son rellenadas por el agua de la lluvia y el deshielo.

    • Los meandros formados por los ríos pueden quedar separados, formándose lagos en forma de media luna.

    • Los movimientos de la corteza terrestre llevan en ocasiones a la aparición de depresiones que pueden llenarse de agua.

    • En algunos cráteres de volcanes extinguidos también pueden formarse lagos.

    • Los deslizamientos de tierras pueden formar lagos cuando bloquean los ríos y valles.




 

 

 

 

 

 

 





 

 

 

 

 

 

 

 



Sin embargo, también podemos encontrar lagos y lagunas cuyo origen no es debido a causas geológicas:

    • Los castores represan los ríos formando lagunas someras aunque en ocasiones extensas.

    • Los hombres crean inmensos lagos para producir energía eléctrica, regadío o almacenamiento de agua y construyen pequeños estanques y pantanos para actividades recreativas, para pescar o simplemente para albergar fauna.

    • En minas y canteras abandonadas también pueden formarse charcas.

 

 

 

 

 

 

 

 

 












 

 

 

 



Los lagos y lagunas presentan unas fronteras bien definidas y tienen ciertas características comunes:

    • La cantidad de luz que penetra en el agua se limita únicamente a las capas superficiales.

    • La temperatura cambia tanto estacionalmente como con la profundidad.

    • La disponibilidad de oxígeno se ve limitada ya que solo una pequeña proporción del agua está en contacto con el aire.



 

 

 

 

 

 





 

 

 

 

 

 






Las poblaciones de organismos que habitan en lagos y lagunas experimentan cambios estacionales. En los climas templados a finales primavera y principios de verano, el incremento de la radiación solar y la mayor temperatura del aire hacen que las aguas superficiales se calienten más que las profundas, y permanecen en esta zona debido a su menor densidad.

 

 

 

 

 

 

 



 

 

 

 

 

 

 









La capa de agua más caliente y ligera, el epilimnion, se sitúa por encima de una capa de aguas más frías y densas, el metalimnion, cuya temperatura desciende aproximadamente 1 ºC por cada metro de profundidad, constituyendo un gradiente denominado termoclina. Cuando el agua alcanza la Tª de 4 ºC (máxima densidad) permanece como una capa de agua fría sobre el fondo, el hipolimnion.






 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 






Mientras que el oxígeno mantiene la capa superficial bien aireada, en las capas profundas además de un déficit de oxígeno, se acumulan los nutrientes por descomposición de los sedimentos, por lo que estos son inaccesibles para el fitoplancton del epilimnion.



 

 

 

 

 

 




 

 

 

 

 










Al llegar el otoño la temperatura del agua y la radiación solar disminuyen, la situación se invierte y la superficie del agua empieza a enfriarse. El agua se vuelve más densa, se hunde, y desplaza el agua profunda, más caliente hacia la superficie donde se enfría. Se produce una mezcla vertical, recargando la masa de agua de oxígeno y nutrientes.



 

 

 

 

 

 




 

 

 

 

 










Cuando llega el invierno, y como consecuencia del frío puede producirse una ligera inversión térmica, quedando en la parte superficial el agua más fría incluso helada, aumentando con la profundad hasta los 4 ºC.




 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 










Con el deshielo primaveral y el calentamiento de superficie hasta los 4 ºC tiene lugar una nueva mezcla, con la consiguiente recarga de oxígeno y nutrientes. Las aguas superficiales son de nuevo ricas en nutrientes y oxígeno, listas para el crecimiento primaveral del fitoplancton. A medida que avanza la estación, aparecen de nuevo las tres capas antes mencionadas.



 

 

 

 

 

 





 

 

 

 

 

 

 










Como hemos dicho anteriormente este tipo de estratificación es típico de climas templados. Este fenómeno no es característico de todas las masas de agua y puede cambiar dependiendo de la región climática o de la profundidad de los mismos.