Impacto Antrópico en los ríos  






 

 

 

 

 

 

 

 

 








La gestión tradicional del agua y el aprovechamiento intensivo de los ríos, debido a su alta fertilidad, han producido a lo largo de la historia, junto con innegables beneficios económicos, un patente deterioro de los elementos del medio natural, dando lugar en muchos casos a un empobrecimiento de la biodiversidad de sus ecosistemas.  






 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 








Sin embargo, existen actividades humanas que pueden repercutir negativamente sobre las características ecológicas de los ríos y su entorno, como son: aprovechamientos ganaderos, tala de sotos fluviales, vertidos incontrolados, canalizaciones y encauzamientos, dragado de los cauces, modificación de los cursos fluviales, presas y azudes, refrigeración de centrales térmicas, piscifactorías, extracción de áridos,...


 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 








Entre los efectos negativos que estas actividades pueden ocasionar destacamos: invasión de biotopos naturales, ocupación de suelo ribereño, modificación del paisaje natural, desplazamiento de especies animales y vegetales, contaminación de las aguas y de los suelos, acumulación de desperdicios y basuras, antropización general de los ríos, etc.

 




 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 











Uno de los efectos más negativos ha sido la utilización de arroyos y ríos como depósitos de nuestros residuos industriales y domésticos, con la idea de que estos materiales deberían ir diluyéndose aguas abajo. El tipo y cantidad de contaminantes determina la magnitud de los cambios ecológicos producidos. La contaminación industrial es la más grave.




 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 









Es cierto que los ríos y arroyos pueden autodepurarse de forma natural por la descomposición de la materia orgánica a través de la actividad bacteriana aeróbica. Un arroyo de aguas rápidas y constantemente saturado de oxígeno puede autodepurarse mucho más rápido que un arroyo de aguas lentas, que no presenta esas mismas condiciones de oxigenación. Incluso puede ocurrir que la autodepuración sea insuficiente.



 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 








El vertido de aguas de refrigeración de centrales eléctricas provoca un aumento de la temperatura del agua, disminuyendo el oxígeno disuelto. Los vertidos de plantas químicas y residuos sulfurosos de fábricas de papel son altamente venenosos para la vida acuática. Los radioactivos son incorporados por organismos acuáticos, pasando a lo largo de la cadena trófica.





 

 

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 







En estas condiciones las bacterias aeróbicas son reemplazadas por las anaeróbicas, y la vida normal del arroyo se destruye convirtiéndose en una cloaca ya que sólo permanecen las bacterias de la putrefacción. Así, aguas arriba, los contaminantes que genera la industria y las poblaciones afectan severamente a las poblaciones aguas abajo, aumentando los costes de filtración y depuración del agua.



 

 

 

 

 

 





 

 

 

 

 

 

 









La regulación de los ríos por el hombre es otro de los problemas, ya que los efectos de las presas son todavía peores. La construcción de presas puede tener diversas finalidades: controlar las posibles avenidas , almacenar agua, producción de energía hidroeléctrica, utilización de agua para el riego, usos recreativos,...







 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 









Los caudales que dejan ir las presas están regulados, y afectan tanto a la hidrología del río como a su ecología y biología, ya que cambian el medio en el que viven los organismos lóticos, la mayoría de las veces produciendo su degradación, ya que se desarrollan condiciones similares a las que se dan en los lagos.



 

 

 

 

 

 



 

 

 

 

 

 

 

 









La biota de los ríos se ha adaptado a los cambios estacionales (épocas de lluvias y sequía). Sin embargo, el represamiento de los ríos interrumpe tanto la espiral de nutrientes como el propio río considerado como un continuo.



 

 

 

 

 















Además, la construcción de presas y embalses también presenta un elevado coste económico y social. Muchas poblaciones han sido desplazadas de las tierras inundadas y lugares históricos o terrenos productivos han sido cubiertos por el agua. Se empobrecen los estuarios por reducción del flujo y nutrientes, disminuyendo la producción piscícola.





 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 









Incluso las presas situadas en regiones tropicales, con cientos de kilómetros de orillas, proveen excelentes condiciones para el desarrollo de vectores parásitos como la malaria y la esquistosomiasis. El hospedador intermediario de la esquistosomiasis es un caracol acuático; las personas lo adquieren y se convierten en su hospedador definitivo al lavarse, bañarse o trabajar en aguas infestadas.