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CIENCIAS DE LA TIERRA Y DEL MEDIO AMBIENTE
Tema12: Ecosistemas en peligro >> Desertización >> ¿Grave amenaza o gigantesco mito?
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¿Grave amenaza o gigantesco mito?
 
 
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¿Están, poco a poco, destruyéndose las tierras cultivables del mundo?. ¿La amenaza de la desertificación, es una realidad preocupante o esta siendo sobreestimada? 

 1.- La desertificación: grave amenaza

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente estima que el 30% de la superficie cultivable del planeta está sufriendo desertificación entre ligera y severa, con otro 6% que sufre "desertificación extremadamente severa" y son ya tierras irrecuperables. (UNEP, Nairobi 1984). Además, según las Naciones Unidas, unos 900 millones de personas están en peligro a causa de este problema. 

En la actualidad el problema de la desertificación y la pérdida del suelo por erosión aparece siempre entre las cinco o seis grandes amenazas ambientales (junto a la deforestación de la selva tropical, el cambio climático, los pesticidas y venenos químicos, la pérdida de biodiversidad, la contaminación de aguas y aire). 

En la Cumbre de Río (1992) se reconoció que la desertificación era un problema serio. Después de la Conferencia de Río las Naciones Unidas formaron un Comité que preparó un Convenio Global (1994) para luchar contra la desertificación en los países más amenazados, especialmente en Africa. 

En la Conferencia de Río se calculó en 292 000 millones de $ lo que habría que gastar en 20 años para detener el proceso; y en 107 000 millones de $ para un programa medio de medidas correctoras mínimas a aplicar en 81 países en vías de desarrollo.Subir al comienzo de la página

 2.- La desertificación: mito institucional.

Algunos artículos en revistas como New Scientist, o periódicos de reconocido prestigio en sus secciones científicas como el New York Times y libros de importantes autores, como Thomas y Middleton ("Desertification: Exploding the Myth" 1996 Wiley) han puesto en duda la existencia de esta amenaza, al menos con la magnitud con la que se suele presentar habitualmente. 

En estos artículos y libros se responsabiliza en mucho mayor grado a las variaciones climáticas naturales de la degradación de las tierras y se señala que el organismo de las Naciones Unidas encargado de este tema es el gran responsable de haber inflado excesivamente la realidad de este problema. 

Según estos autores es bastante peculiar que haya sido un organismo semiautónomo de las Naciones Unidas, llamado Desertification Control Programme Activity Centre (DC/PAC) el que ha protagonizado en más de una década la investigación y difusión sobre este tema. Los principales esfuerzos en la lucha contra la desertización por parte de la UNEP (Nac Unid Env Prog) habrían ido en la línea de plantear la gigantesca proporción del problema. Pero apoyándose en una base científica insuficiente. Las estadísticas y cifras que se dan no son fiables, normalmente, porque no se conocen con claridad los parámetros que se miden, dicen estos autores.

También insisten en la conveniencia de afrontar el problema con el trabajo a pequeña escala, por ejemplo de ONGs, más que con las grandes inversiones que promueven los Convenios Internacionales y las Naciones Unidas. De ese dinero sólo un 10% acaba llegando a los problemas reales, denuncian, y en muchas ocasiones las soluciones que se intentan fracasan porque no se tienen en cuenta las ancestrales costumbres de la población y laas soluciones tradicionales. Según estos críticos es muy discutible la conveniencia de que las grandes instituciones como la ONU, sean las que lleven el peso del trabajo.

Un resumen de las críticas que hacen son las recogidas en las conclusiones del libro de Thomas y Middleton en las que se recogen cuatro afirmaciones de lo que ellos llaman el mito de la desertificación (en cursiva). Estas son:

Según los datos de las Naciones Unidas la desertización afecta a una tercera parte de las tierras del mundo. Sería un voraz proceso que degrada rápidamente las tierras productivas, especialmente en los terrenos secos.

Dicen los críticos: La fundamentación de estos datos es, en el mejor de los casos, carente de precisión y, en el peor, apoyada sólo en adivinaciones. Estimaciones de la extensión global de la desertización que se deberían tomar como mucho como indicaciones o aproximaciones se han convertido en datos, casi esculpidos en piedra. Estos datos han sido ampliamente usados en hacer publicidad de la desertificación hasta crear un mito institucional que se perpetúa a sí mismo. La dificultad de estimar la extensión de la degradación del suelo en grandes áreas o regiones, y la dificultad de distinguir entre las variaciones naturales de las condiciones ambientales y las debidas a la actividad humana reducen los más detenidos cálculos a simples estimaciones. El concepto del avance del desierto puede haber resultado útil como herramienta publicitaria, pero no representa bien la naturaleza del proceso de desertificación. A pesar de todo es el mito que ha llegado, generalmente, a la imaginación del público y de los políticos.

Las tierras secas serían frágiles ecosistemas altamente susceptibles de degradación y desertización

Dicen los críticos : Los estudios ecológicos están mostrando que los ecosistemas áridos, experimentan cambios dramáticos en su aspecto y su biomasa como respuesta a las fluctuaciones climáticas naturales. Estos cambios son frecuentemente reversibles por lo que el ecosistema aparece bien adaptado para enfrentarse y reaccionar ante los cambios, mostrando buena capacidad de regeneración. Los cambios provocados por la acción humana no son, necesariamente, procesos de degradación y se pueden confundir con facilidad con cambios naturales. Estos cambios se suelen identificar, sin más, con cambios en el suelo y tratados como problemas de desertificación. Los cambios en el suelo de las tierras secas pueden ser, en realidad, bastante más difíciles de identificar, especialmente en áreas grandes cuando se usan sistemas de observación por satélite.

La desertización sería, si no la, al menos una de las principales causas de la miseria y el sufrimiento humanos en las tierras secas.

Dicen los críticos : Diferenciar entre las influencias sociales de la desertificación y la sequía puede ser muy difícil. El conjunto sequía-desertificación se ha podido estar usando para explicar males sociales que se han podido deber a malas prácticas políticas y a inadecuados sistemas económicos. La población puede provocar desertificación cuando los sistemas de la agricultura tradicional son destruidos o hay sobreexplotación, cuando su crecimiento es excesivo o cuando las naciones en desarrollo se ven obligadas a entrar en la economía mundial de mercado.

Las Naciones Unidas son básicas para intentar entender y resolver el problema de la desertificación.

Dicen los críticos : Las Naciones Unidas han desempeñado un papel trascendental en la definición del problema de la desertificación desde el año 1977. Se podría considerar que ha creado la desertificación como mito institucional. Ha sido el origen de publicidad con poco apoyo científico. El éxito de las medidas que ha tomado para luchar contra la desertificación está todavía por demostrar y, en muchos casos, parece haber tenido muy poca influencia sobre las poblaciones afectadas. Sin la ONU, la desertificación podría no haber tenido un lugar tan importante en la agenda medioambiental como el que hoy ocupa. Subir al comienzo de la página

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